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Conservas con Aceite de Oliva Virgen Extra

Para conservar los alimentos a lo largo de la historia se han usado múltiples procedimientos. Uno de los más eficaces ha sido recurrir al AOVE cuya idoneidad para este fin es conocida desde tiempos remotos.

Esta propiedad se debe fundamentalmente a su alto contenido en vitamina E y polifenoles al ser ambos unos potentes antioxidantes naturales que permiten proteger a los alimentos de los microorganismos patógenos que los deterioran con el paso del tiempo.

Por otra parte la elaboración de conservas en aceite es muy sencilla y cómoda para ser realizada en el ámbito domestico por lo que ha pasado de generación en generación, no solo por su poder de conservación, sino también por mejorar el sabor y propiedades culinarias de los alimentos conservados. Este conocimiento ancestral ha sido ratificado con posterioridad por rigurosos estudios científicos como el realizado por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada.

¿Por qué el auge actual de la conservas caseras?

Antes de fabricarse mediante procesos industriales las conservas se han venido realizando de forma habitual y generalizada en los hogares, especialmente en el mundo rural, donde muchas familias disponían de huertas y animales de granja, siendo la forma más común de alargar el periodo útil de los productos de temporada, sin necesidad de conservantes o colorantes artificiales, basándose en recetas y técnicas tradicionales. Con el paso del tiempo, y con la posibilidad de acceder a estas conservas en los mercados, su práctica disminuyó de manera significativa.

En la actualidad, con el auge de las dietas saludables y el rechazo de buena parte de los consumidores de los productos ultraprocesados, la elaboración de conservas caseras está viviendo un renacer extraordinario e internet se ha llenado de tutoriales donde se explican las formulas para elaborarlas partiendo de materias primas, naturales y de calidad, que podemos encontrar en el mercado.

Desaparecida por tanto su necesidad las conservas caseras se imponen ahora como un placer culinario donde la calidad está controlada por el propio consumidor, ya que nosotros mismos elegimos, tanto el alimento a conservar, como el Aceite de Oliva Virgen Extra que más nos guste, con el añadido que supone la facilidad de abrir un bote y disponer al instante de un plato preparado.

Conservas caseras con AOVE

Como ya señalábamos el proceso para la preparación de las conservas con AOVE es extremadamente simple y en muy poco tiempo podemos conseguir que muchos de nuestros alimentos preferidos puedan durar en nuestras despensas en perfecto estado para su consumo.

Las conservas pueden ser tanto vegetales como de carnes, pescados o incluso de lácteos como el queso.

Antes de entrar en detalles como norma general insistimos en la necesidad de elegir un Aceite de Oliva Virgen Extra de primera calidad y de productos frescos que carezcan de defectos, golpes o roturas.

Siempre es recomendable usar frascos de cristal de un tamaño suficiente para que los alimentos puedan moverse en el aceite sin apreturas pero que tampoco floten en él.

Es básico que el envase esté esterilizado y que disponga de una tapa o cierre que le permita quedar completamente sellado ya que en caso contrario podría entrar el aire y, con él, los gérmenes que dañarían el producto envasado.

Conservas vegetales. El proceso de elaboración debe comenzar con una limpieza a fondo de nuestras verduras para eliminar todo tipo de suciedad, gérmenes y desperfectos, para ello lo más indicado en mantenerlos previamente al baño María alrededor de cinco minutos.

Una de las conservas vegetales más populares es el tomate frito y su receta es tan sencilla como trocear los tomates, freírlos en un buen Aceite de Oliva Virgen Extra y añadirles los complementos que se deseen, como ajo, cebolla o especies al gusto. Este procedimiento nos sirve igualmente para el también popular pisto en conserva donde además del tomate podemos añadir berenjenas, pimientos o calabacín. Setas y champiñones pueden conservarse siguiendo esta misma técnica.

Quesos. Su conservación es aún más simple, basta con guardar el queso de nuestra preferencia en un frasco con aceite y añadir, si se desea, una ramita de romero para aromatizar. El punto óptimo de consumo llegará aproximadamente a los dos meses de su envasado aunque se puede consumir en cualquier momento.

Carnes. Otra formula de conserva con larga tradición es el de las carnes en adobo. Basta con aliñar la carne con las especias que se deseen y dejarla que absorba sus aromas durante un día. Después se fríe con un buen AOVE y se coloca en el bote elegido junto con el mismo aceite en el que se ha hecho la fritura, teniendo cuidado de que cubra bien la carne.

Pescado. El más común para esta elaboración es el atún que se habrá que salar y hervir durante unos quince minutos, lo limpiaremos bien y lo guardamos en el frigorífico durante un día para que suelte todo el agua sobrante. Posteriormente se corta en tacos, se coloca en los botes con el aceite y se pone al baño María. Esta conserva se puede mantener en óptimas condiciones hasta tres meses.

Mantenimiento y consumo de las conservas

Por último aquí van algunos consejos para qué, una vez elaborada, podamos consumir nuestra conserva en las mejores condiciones y con la máxima calidad.

No debemos dejar pasar más de un año desde que se prepara la conserva hasta su consumo ya que, aunque puedan permanecer en buen estado durante mucho más tiempo, después de un año aumentan las posibilidades de enranciamiento.

Es importante para ello etiquetar cada bote de conserva con la fecha de elaboración para saber en todo momento el tiempo transcurrido.

También es conveniente colocar los tarros boca abajo al menos durante una semana lo que favorecerá la desaparición del aire sobrante, pasado ese tiempo ya podemos volver a colocarlos en la posición correcta.

Las conservas siempre deben almacenarse en lugares secos y alejados de fuentes de calor o luz directa y mantenerlas alejadas de productos químicos como los de limpieza y similares.

Una vez abiertas las conservas deberán consumirse en los dos o tres días siguientes, manteniéndolas en el frigorífico para su correcta conservación.

En nuestra tienda disponemos de los mejores Aoves, ideales tanto para consumir en crudo y platos cocinados, como para la elaboración de estas exquisitas conservas. No olvide que estamos permanentemente abiertos y a su disposición para cualquier consulta que nos quieran realizar.

Autor: Rafael Flores

Fecha: 17 April, 2020

Categorias: Aceite de Oliva Virgen Extra

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