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Origen y expansión del cultivo del olivar

Atendiendo a la mitología griega el olivo nace de la rivalidad entre Atenea, Diosa de la sabiduría, y Poseidón, Dios de los mares.

Según esta leyenda la vencedora de la contienda fue Atenea que hundió su lanza en una roca y de ella brotó el primer olivo, planta bajo cuyas ramas nacerían todos los demás dioses griegos. La tradición señala que aún hoy existe un olivo en el lugar donde estos hechos supuestamente acontecieron.

Más allá de la mitología el origen del olivo se pierde en la noche de los tiempos sin que se pueda afirmar a ciencia cierta el cuando y donde se produjo su nacimiento. Si bien es cierto que el olivo silvestre, o acebuche, ya era un árbol muy común en el cercano oriente y en el entorno mediterráneo desde épocas muy remotas, comúnmente se sitúa el inicio de su cultivo en oriente medio y próximo, aunque la difusión del mismo se produce con la expansión de las civilizaciones mediterráneas que colonizaron la mayor parte del mundo conocido dejando una huella en la cultura occidental que pervive hasta nuestros días.

Según las últimas investigaciones se puede afirmar que la existencia del olivo se remonta, al menos, hasta 12000 años antes de Cristo, habiéndose encontrado fósiles de sus hojas en depósitos del plioceno en Italia, del paleolítico superior en el norte de África y de la edad del bronce en España.

 Distintas hipótesis sitúan también su nacimiento en Egipto o Etiopía, e incluso en algunas zonas de Europa, mientas que otras consideran al primigenio olivo salvaje como originario del Asia Menor expandiéndose desde Siria a Grecia y desde el sur del Cáucaso hasta Irán y las costas mediterráneas donde su cultivo crecería considerablemente hasta nuestros días.

 Difusión del aceite de oliva en el mundo mediterráneo 

Si bien no hay unidad de criterio entre los investigadores sobre su origen existe acuerdo general en que serían los fenicios los que difundieron su cultivo en Grecia entre los siglos 16 al 12 antes de Cristo y se conocen los primeros decretos regulando sus plantaciones en torno al siglo cuarto antes de la era cristiana. Los primeros documentos escritos conocidos sobre el olivo son unas tablillas micénicas en barro, procedentes del reinado del rey Minos 2500 años antes de Cristo.

Posteriormente el olivo llegaría a Tripoli, Túnez, Sicilia y la península italiana siguiendo su caminó de sur a norte. Al llegar los romanos a África se sorprendieron de que sus pobladores ya habían desarrollado su cultivo continuando su expansión en los territorios conquistados como Francia incluyendo Córcega y Cerdeña.

Desde la expansión del Imperio Romano el olivo quedó vinculado al mar Mediterráneo y ha sido cultivado ininterrumpidamente hasta nuestros días. Todos los pueblos que han ocupado este mar han aplicado su cultura y sistemas  de regadío al cultivo del olivar así distintas técnicas para la extracción del aceite de oliva y con referencias históricas incontables desde la más remota antigüedad.

Se tiene constancia de que los egipcios importaban aceite de oliva virgen en gran formato de Siria y Palestina a través de Cananea y de hecho el olivo aparece en gran cantidad de jeroglíficos. En Grecia la primera antorcha olímpica se formó con ramas de olivo al igual que las coronas que recibían los ganadores de las distintas competiciones ya que simbolizaba la paz y la tregua en las batallas, también  los griegos usaban aceite de oliva para ungir a sus reyes y sacerdotes.

Las alusiones al olivo en el cristianismo son igualmente muy numerosas y en la Biblia aparecen hasta cuatrocientas menciones al olivo y al aceite. Ya en el Génesis una paloma entregó una rama de olivo a Noé lo que supuso e final del diluvio universal, con el aceite de oliva virgen extra se hacía el ungüento para la unción y con él se iluminaban los templos sin olvidar el pasaje de la oración de Jesús en el monte de los Olivos. 

El cultivo del olivo en España

El olivo fue introducido en España durante la dominación del Mare Nostrum por parte de los fenicios y griegos y alcanzaría superficies importantes tras la tercera guerra púnica cuando los olivos ocupaban una gran franja de los valles andaluces y se extendía por el centro y las costas del Mediterráneo tanto de España como de Portugal.

El gran florecimiento del cultivo del olivo vino de la mano de la expansión de estas dos culturas. Ya fueran fenicios o griegos quienes implantaron su cultivo en la Península Ibérica, tanto romanos como árabes se encontraron en la península las plantaciones cultivadas por los pueblos íberos.

Durante la era romana, el comercio del aceite de oliva de Hispania se extendió por todo el mundo occidental como lo demuestran los numerosos restos de  ánforas con marca de la Bética utilizadas para su transporte a través de los grandes ríos europeos como Ródano, Garona, Rin o Danubio.

Tras la invasión árabe los nuevos pobladores implantaron sus propias variedades de olivo en todo el sur de España ampliando la superficie cultivada y aportando a nuestro idioma las palabras aceituna y aceite y en toda Al Andalus la olivicultura y la oleicultura hispano musulmana tendría un mayor florecimiento en la península ibérica que en otras zonas del Mediterráneo tradicionalmente olivareras.

Con posterioridad, y tras el descubrimiento del nuevo continente, los españoles llevaron el olivo hasta América y pronto se extendió por zonas de Méjico, Perú, Chile, Argentina o California.  

La expansión del olivar en la actualidad

En España desde el auge del aceite de oliva virgen extra y la importante mejora de su calidad, hasta convertirlo en un producto gourmet, no ha dejado de crecer la superficie cultivada de olivar. En concreto en el año 2017 ha aumentado la superficie plantada en un 3 por ciento con 79.000 nuevas hectáreas de las que 35.000 de ellas corresponden a la transformación de olivar tradicional a los nuevos modelos intensivo y súperintensivo.

En la actualidad el olivo continúa extendiéndose por países como África del Sur, Australia, Japón y China y en total son ya en todo el mundo 58 los que producen aceite de oliva sobre una extensión que crece a razón de165.000 hectáreas por año y que cubre ya 11 millones y medio de hectáreas.

Autor: Rafael Flores

Fecha: 30 November, 2018

Categorias: Aceite de Oliva Virgen Extra

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