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Aceite de Oliva Virgen Extra ¿Superalimento?

Superalimentos, están en todas partes, en los medios de comunicación, en las redes sociales, en los supermercados. Pero ¿qué son realmente?, ¿podemos considerar el AOVE como uno de ellos?

Sí, están de moda, cada pocos meses aparece uno nuevo. Productos alimenticios, normalmente de origen exótico, a los que se les adjudican propiedades casi milagrosas: la espirulina, las bayas de goji, la soja, la chía, el aguacate, la quinoa, el kale…

En general el término superalimento es usado para describir productos muy ricos en nutrientes considerados especialmente beneficiosos para la salud. Los dietistas y nutricionistas nos advierten, no se trata de una definición científica sino un término puramente comercial que busca aumentar las ventas aprovechando el tirón que actualmente tienen aquellos productos que prometen beneficios para nuestra salud y nuestro bienestar.

¿Qué entendemos por “Superalimento”?

Superalimento no es una calificación que esté contemplada en la reglamentación española ni europea, de forma que se puede utilizar esta expresión para definir prácticamente cualquier cosa que sugiera al consumidor que se trata de productos que poseen unas propiedades superiores a otros si bien, en muchos casos, no se concretan con claridad cuáles son dichas propiedades, ni los beneficios que hacen aconsejable incorporarlos a nuestra dieta, de forma que ningún producto alimenticio puede incluir en su etiquetado afirmación alguna que haga referencia a beneficios para la salud que no estén acreditados por rigurosos estudios científicos.

Pese a esta indefinición en general este tipo de alimentos son considerados especialmente buenos para la salud gracias a su contenido en nutrientes, vitaminas, minerales, antioxidantes y fitonutrientes, que favorecen la eliminación de toxinas y otros desechos de nuestro organismo.

Normalmente los superalimentos son de origen vegetal, con algunas excepciones como el pescado, considerado como cardiosaludable por su contenido en omega 3, y en ningún han de ser productos procesados, y mucho menos ultraprocesados, ya que esto supone la pérdida de nutrientes, vitaminas y otros componentes que ciertamente pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiacas o reforzar el sistema inmune, pero nunca se le pueden adjudicar propiedades curativas. También la OCU, Organización de Consumidores y Usuarios, ha advertido de que "no existe ningún alimento milagroso ni curativo" y que "esta idea suele ser fruto de estrategias de márketing o leyendas sin fundamento".

Desde la medicina se deja muy claro este aspecto, no podemos pensar que estos alimentos van a afectar de manera favorable a nuestra salud si nuestra alimentación en general no es saludable, y se defiende que no es necesario consumir este tipo de alimentos si mantenemos una dieta equilibrada y variada, recordando insistentemente que la dieta tradicional mediterránea ya contiene en si misma las propiedades que se atribuyen a estos alimentos novedosos que periódicamente llegan a las estanterías de los supermercados y sobre los cuales se han editado libros y publicado estudios de todo tipo animándonos a consumirlos.

Por estos motivos los expertos nos aconsejan no abandonar nuestra saludable dieta, consumir productos de proximidad, eligiendo alimentos frescos y de calidad como cereales integrales, frutos secos, pescado azul, legumbres, dado su bajo porcentaje en grasa y aporte en fibra que las convierten en una opción apta para las dietas para perder peso, frutas y verduras de todo tipo que nos aportan vitamina C y fibra, y que gracias a su contenido en agua nos dan sensación de saciedad, o el ajo que refuerza nuestro sistema inmune, protegiéndonos frente a la gripe y los catarros y también nos ayuda a reducir el colesterol por lo que es considerado un  alimento cardiosaludable, y otros muchos integrantes de nuestra alimentación tradicional, con alimentos ricos en grasas poliinsaturadas o monoinsaturadas como el Aceite de Oliva Virgen Extra.

AOVE, el superalimento por antonomasia

Después de esta introducción genérica veamos si el producto estrella de la dieta mediterránea, nuestro AOVE, puede ser considerado un superalimento.

El Aceite de Oliva Virgen Extra, además de sus acreditadas propiedades antioxidantes, disminuye el colesterol malo y tiene propiedades cardiosaludables, además ser el rey de la cocina, tanto en la más tradicional como en la más innovadora.

Si atendemos a las virtudes que normalmente se atribuyen a los denominados superalimentos el Aceite de Oliva Virgen Extra sería el máximo exponente de esta categoría, de hecho, dados sus beneficios para la salud, bien podemos asegurar que se trata del mejor de los productos alimentarios que podemos incorporar a nuestra dieta al tratarse de una grasa vegetal monoinsaturada y un potente antioxidante que ayuda a las lipoproteínas a ser más resistentes a la oxidación, determinante para el desarrollo de las enfermedades coronarias y vasculares.

También ayuda a prevenir la fibrilación auricular, la más común de las arritmias, y sus polifenoles son antiinflamatorios y antitrombóticos previniendo a la arteriosclerosis que, como es sabido, es responsable de enfermedades como la hipertensión arterial.

Otro de sus componentes, el oleocanthal, también a demostrado su eficacia en la lucha contra el cáncer según el estudio PREDIMED, Prevención con Dieta Mediterránea, en el que ha participado cerca de un centenar de investigadores españoles.

También este elemento se ha mostrado como un importante antiinflamatorio, comparable al ibuprofeno o la aspirina, ya que su acción se basa en los mismos fundamentos que los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y los analgésicos.

Otros estudios, como el realizado los técnicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, han demostrado que el consumo diario de AOVE no solo reduce, sino que incluso podrían evitar los problemas vasculares derivados de la diabetes mellitus, una de sus complicaciones más habituales y peligrosas.

En conclusión ¿Son recomendables los superalimentos?

En principio estos alimentos importados, y ajenos a nuestra dieta tradicional, no suponen peligro para nuestra salud, pero tampoco se les pueden adjudicar muchas de las propiedades que, de manera indiscriminada, se les atribuyen especialmente en las redes sociales. Ciertamente pueden tener valor nutricional, pero no más que otros alimentos de nuestra zona que pueden aportarnos estos mismos beneficios con un menor precio y una mayor sostenibilidad.

En definitiva, un solo alimento, por saludable que sea, no va a mejorar nuestra salud si no cuidamos el resto de la dieta y nuestros hábitos, entre los que no debemos olvidar el ejercicio físico regular, ya que la vida sedentaria es uno de los mayores peligros para nuestro bienestar.

Estos productos novedosos solo tienen un riesgo, que recurriendo a ellos por moda descuidemos el resto de la dieta eliminando o reduciendo el consumo de productos de acreditada calidad, como el Aceite de Oliva Virgen Extra, la más saludable, natural y deliciosa de las grasas comestibles.

Autor: Rafael Flores

Fecha: 14 February, 2020

Categorias: Aceite de Oliva Virgen Extra

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